Aves Marinas y Playeras
AVES MARINAS
En la costa Argentina se reproducen 17 especies de aves
marinas: gaviotas, gaviotines, pingüinos, cormoranes, petreles y escúas.
Además, en el Mar Argentino se alimentan cerca de 60 especies que reproducen en
sitios lejanos tales como Antártida e Islas Subantárticas, Australia y Nueva
Zelanda.
Son animales de vida larga, pudiendo vivir entre 20 y 60
años según la especie. Se caracterizan por su madurez retardada, es decir, su
reproducción tardía. En general los juveniles tardan al menos 3 años en estar
maduros sexualmente, aunque este retraso varía entre las diferentes especies,
llegando a los 12 años en los albatros. Son monógamas y, en general, mantienen
la misma pareja durante varios años. Se reproducen en colonias ubicadas en la
costa o en islas. Son fieles a sus sitios de reproducción, regresan todos los
años a la misma colonia, y en algunos casos utilizan el mismo nido cada vez.
Ponen pocos huevos en comparación con las aves terrestres (de 1 a 4 según la
especie) y algunas especies reproducen cada dos años. Ambos miembros de la
pareja incuban los huevos y alimentan a sus pichones.
Entre sus adaptaciones al medio marino se encuentra la
glándula de la sal, ubicada en las órbitas de los ojos. La misma permite
eliminar del cuerpo el exceso de sal. Otra manera de limitar la cantidad de sal
es alimentarse de presas con alto contenido líquido, en lugar de beber agua de
mar. Presentan también una glándula uropigia en la base de la cola, la cual
segrega un aceite con el cual lubrican e impermeabilizan las plumas mediante el
pico. Sus patas palmadas les permiten una mejor propulsión en el agua. La
mayoría de las especies de aves marinas comparte un patrón de coloración: negro
en el dorso y blanco en el vientre. Esto representa una adaptación evolutiva
mediante la cual el animal puede mimetizarse eficientemente en el medio marino.
Cuando nada sumergido, su dorso oscuro pasa desapercibido para un predador que
lo observa desde arriba, al confundirse con los tonos oscuros de las
profundidades marinas, y a la inversa, su torso blanco se mezcla con la
luminosidad de la superficie para el que observa desde una profundidad mayor.
Las presas más ingeridas por las aves marinas son los peces,
y en menor medida los cefalópodos (calamares y pulpos) y los crustáceos
(langostinos, camarones, etc). Sin embargo, algunas especies también se
alimentan de pequeños organismos del fitoplancton y del zooplancton. Debido a
que poseen pocos predadores y a que por su tipo de alimentación se encuentran
en el nivel trófico más alto, las aves marinas son consideradas predadores
tope.
Existe una gran diversidad en las formas que tienen las
diferentes especies de conseguir su alimento.
Algunas detectan sus presas durante el vuelo y se zambullen
para atraparlas (gaviotines), otras las detectan mientras están posadas sobre
la superficie del agua (gaviotas) o mientras bucean (cormoranes y pingüinos).
También existen especies que roban el alimento a otras aves de la misma o de
otra especie, comportamiento conocido como cleptoparasitismo (gaviotas,
gaviotines, escúas). Algunas aves marinas predan sobre huevos y pichones de
otras especies (gaviotas, escúas) o se alimentan de carroña (petrel gigante del
sur). Esta diversidad en su comportamiento de alimentación se ve representada
en algunas características morfológicas como la forma y el tamaño del pico y de
las alas.
Si bien todas las aves marinas son coloniales, y se
reproducen en la costa o en islas, cada especie selecciona ambientes con
características particulares al momento de construir sus nidos. Por ejemplo,
algunas construyen nidos con su propio guano, al que agregan algas para
mantener fresco, en terrenos llanos, paredes de acantilados o arbustos
(cormoranes). Otras, en cambio, ponen sus huevos directamente sobre la arena o
el canto rodado (gaviotines), en playas abiertas, o cavan sus nidos bajo tierra
(pingüinos).
Ambos miembros de la pareja se ocupan del cuidado del nido y
la alimentación de los pichones. En comparación con las aves terrestres, el periodo
de cuidado de los pichones es largo (hasta 6 meses en algunas especies). Esto
varía en función del grado de desarrollo del pichón al nacer: algunos nacen sin
plu món y con los ojos cerrados (altriciales: cormoranes), por lo cual no pueden
moverse del nido. Otros en cambio nacen con plumón, ojos abiertos, e
inmediatamente pueden moverse del nido (precociales: gaviotas, gaviotines),
aunque dependen de los padres para su alimentación. En general, los pichones se
independizan de los padres cuando finaliza la temporada reproductiva y
abandonan la colonia.
Fuente: Aves Marinas y Playeras
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